Biomoléculas
- 3C - David
- 25 nov 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 27 nov 2020
QUEREMOS QUE TE LLEVES A CASA LAS SIGUIENTES IDEAS
Nuestro cuerpo necesita glucosa y por tanto azúcares → PEQUEÑAS CANTIDADES.
Las grasas son fundamentales para nuestro organismo → TIPO DE GRASAS.
Las proteínas ayudan a funcionar a nuestras células → CANTIDADES CONTROLADAS.
En nuestro día a día escuchamos a menudo frases como: “tengo el azúcar por las nubes”, “esos alimentos tienen mucha grasa” o “estoy siguiendo una dieta rica en proteínas”, pero ¿REALMENTE SABEMOS QUÉ SIGNIFICAN ESAS EXPRESIONES?
En el post de hoy vamos a explicar de manera clara y concisa que son los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas; así como los principales alimentos donde podemos encontrarlos.
Empezamos hablando de los hidratos de carbono, que según su estructura se clasifican en hidratos de carbono simples (azúcares) e hidratos de carbono complejos. Son muchos y variados los hidratos de carbono que aparecen en los alimentos, pero la gran mayoría son transformados en glucosa por nuestro organismo, por ello, la glucosa es el elemento en el que nos vamos a centrar de aquí en adelante. Esta molécula, es la principal fuente de energía que utilizan nuestros órganos para su funcionamiento, siendo el cerebro el que más glucosa consume. Sin embargo, es un error pensar que, porque los órganos necesiten glucosa, debemos ingerir grandes cantidades de hidratos de carbono para que sean transformados en glucosa y poder nutrir a nuestros órganos. El principal problema es que cuando la glucosa alcanza niveles elevados en nuestra sangre ejerce efectos tóxicos sobre nuestros órganos. Nuestro cuerpo es como un reloj de precisión y mediante la liberación de moléculas como la insulina es capaz de regular la cantidad de glucosa que se encuentra circulando por la sangre, evitando que esta dañe a nuestros órganos. En próximos posts comentaremos las enfermedades que aparecen cuando este control de los niveles de glucosa en sangre falla (diabetes). Entre los principales alimentos que contienen hidratos de carbono simples se encuentran los dulces, las frutas y los lácteos; por otro lado, estarían los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos, como son la patata, el pan y los cereales. ¡Ahora ya podemos decirle a nuestro vecino que no es el azúcar el que tiene por las nubes , sino la glucosa!

Continuamos comentando las grasas, más concretamente los triglicéridos, que son los tipos de grasas más comunes. A menudo se les atribuye un papel negativo, sin embargo, tenemos que saber distinguir entre los distintos tipos de grasas, ya que algunas de ellas son esenciales para el correcto funcionamiento del organismo. Para ello, debemos conocer su composición, se les llama triglicéridos porque están formadas por tres moléculas de ácidos grasos, siendo estos los que finalmente van a ser perjudiciales o beneficiosos para nuestro organismo. Cuando hablamos de grasas saturadas, nos referimos a aquellas que en su composición tienen ácidos grasos que provocan el aumento de los niveles del colesterol LDL (colesterol “malo”), es por esto por lo que se las cuelga la etiqueta de grasas perjudiciales. En el lado opuesto encontramos las grasas insaturadas, formadas por ácidos grasos que reducen las cifras del colesterol LDL y elevan los valores del colesterol HDL (colesterol “bueno”), motivo por el cual se las considera grasas saludables. En función de la estructura de estos ácidos grasos distinguimos entre grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, siendo catalogadas ambas como grasas saludables. El principal problema que presenta la ingesta de grasas es que aportan a nuestras células una gran cantidad de energía, por ello, si no se regula la cantidad de grasas con las que nos alimentamos nos encontramos con trastornos metabólicos como la obesidad, de la cual hablaremos en post sucesivos. ¡A partir de este momento debemos prestar atención a la cantidad de grasas y, sobre todo, a la calidad de las grasas con las que nos estamos alimentando!

Por último, vamos a hablar de las proteínas, las cuales están formadas por la unión de aminoácidos. Al igual que sucedía con los hidratos de carbono y las grasas, las proteínas cumplen funciones básicas en nuestro cuerpo, es por ello por lo que debemos incluirlas en nuestra dieta. El primer problema que presentan las proteínas es que algunos de los aminoácidos que necesita nuestro cuerpo para su creación solo pueden llegar al interior de las células a través de los alimentos (aminoácidos esenciales). El segundo problema ante el que nos encontramos es la eliminación al exterior de las sustancias de deshechos derivadas de la ingesta de proteínas. En este proceso participan el riñón y el hígado, lo que provoca que cuando nos alimentamos con una gran cantidad de proteínas estos órganos deben aumentar su actividad, pudiendo producirse una situación perjudicial para nuestro organismo. Encontramos proteínas en una gran cantidad de alimentos, según su origen podemos distinguir entre alimentos con proteínas de origen animal (el atún, el pollo y los huevos) y alimentos con proteínas de origen vegetal (los cacahuetes, la avena y las lentejas). ¡Desde hoy podemos comentar con los compañeros de trabajo que las dietas ricas en proteínas deben estar supervisadas por un especialista!

Bibliografía
David L. Nelson and Michael M. Cox. 2017. Lehninger principles of biochemistry (7th edition). New York, United States. W.H. Freeman and Company
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